Amarok ha regresado, larga vida a Amarok

Aunque la primera noticia data del 2021 (KDE’s Summer Apps Update) ha sido este mes de mayo de 2024 cuando se ha hecho realidad. Amarok ha regresado por fin. Mi reproductor de música más querido y que me acompaño durante mis inicios en el mundo GNU/Linux está disfrutando de una segunda juventud gracias a un equipo de desarrolladores que han pensado, acertadamente, que este pedazo de software mercer estar en lo más alto.

Amarok, más que un reproductor de música

Okular, Konqueror, Kontact o Tellico fueron esas aplicaciones que me enamoraron en mis inicios con KDE 3.5… y a este poker de aplicaciones hay que sumarle Amarok.

Y es que hubo un tiempo que podía pasar mucho tiempo delante del ordenador escuchando música, y no había nada mejor en ningún sistema operativo que superara a Amarok como gestor y reproductor de música.

Además, las funciones extra de Amarok como su editor de etiquetas de los archivos mp3, su conexión a la Wikipedia o su gestión de letras hacía que estuviera siempre en primer plano de mi equipo.

Lamentablemente, el paso a Qt5 fue mortal para su desarrollo y nunca funcionó bien en Plasma (el nombre con el que se consolidó el escritorio de la Comunidad KDE cuando adoptó las librerías Qt5 y se creó KDE Frameworks 5).

Además, coincidió con la época en la que la música dejó de ocupar un gran tiempo de mi vida (ya que fue ocupada por otra cosa mucho más valiosa y amada).

Así que cuando volví a querer escuchar música descubrí que Amarok estaba muerto (o herido de gravedad) y empecé a buscar alternativas… y evidentemente las encontré (strawberry, clementina, elisa, vavve, etc) pero siempre eché de menos al reproductor del lobo.

Amarok ha regresado, larga vida a Amarok

Lo leí en el magnífico blog de Victorhck, que lo anunció de esta forma:

Hoy mismo (30/04/2024) último día del mes de abril de 2024, se acaba de anunciar que ya se ha publicado la versión estable 3.0 de Amarok con nombre en clave «Castaway».

Es la primera versión estable de Amarok basada en Qt5/KDE Frameworks 5, y la primera versión estable desde 2018, cuando se lanzó la versión final 2.9.0 basada en Qt4.

La noticia corrió como la polvora y traté de probarlo, pero todavía no estaba disponible de ninguna forma que no fuera compilando para mi distribución, así que me tocó esperar pues estaba inmerso en la promoción de Akademy-es 2024 de València.

En palabras de sus desarrolladores:

El camino hacia la versión 3.0 no ha sido corto. Gran parte de la migración de Qt5/KF5 ya se realizó en 2015, pero terminar y pulir todo ha sido un proceso lento, a veces continuo y a veces estancado desde entonces.

La versión 3.0 Alpha se lanzó en febrero de 2021 y desde entonces ha sido usado y probado por muchas personas, al igual que las compilaciones más recientes de git master disponibles para varias distribuciones. En los últimos meses, se hizo un esfuerzo para tener todo listo para una versión 3.0 adecuada.

Los casos de uso comunes deberían funcionar bastante bien y, además de corregir las regresiones relacionadas con KDE Frameworks 5 reportadas en las versiones preliminares.

Y, a continuación, comentan que hay mucho trabajo por hacer y cosas rotas por culpa del cambio en las APIS de muchos servicios de terceros, pero que se espera ir poco a poco, hasta llegar a la madurez para dar el salto a a Qt6/KDE Frameworks 6, con el objetivo de tener una versión beta utilizable basada en Qt6/KF6 en 2024.

Recientemente, es decir ayer, fue publicada la primera revisión seria de Amarok 3, la 3.0.1, que ofrece algunas pequeñas mejoras, y lo más importante para mi, la posibilidad de instalarlo vía flatpak-beta, tal y como nos vuelve a explcar Victorhck, algo que ya he realizado. Mientras escribo estas líneas Amarok está ofreciéndome sus servicios. No puedo estar más que feliz.

El regreso de este reproductor multimedia supone un vuelta a mis orígenes linuxeros y aunque veo que falta mucho por hacer ya que se debe adaptar todavía un poco a los nuevos estilos visuales predominantes en Plasma, su funcionamiento es, de momento, exquisito.

¡Larga vida a Amarok!